Introducción
Desde el año 1929 hasta 1953, el
Real Madrid había ganado sólo dos de las 22 ligas disputadas. La primera la
ganó en 1931-1932 y la segunda al siguiente año. Ambas durante la Segunda
República Española y, lógicamente, antes de la Guerra Civil y el Régimen de
Franco. El Madrid tardaría más de 20 años en volver a ganar otra liga, la
tercera, en 1954. Por otra parte, la competición más antigua, la Copa de
España, la había ganado en 7 ocasiones desde 1903, año en que fue fundada, a 1936.
Durante los primeros 14 años del
franquismo, hasta 1953, el Real Madrid no había ganado ninguna liga y sólo
había conquistado la Copa del Generalísimo en 1946 y 1947. Por lo tanto, la gran
pregunta ante este panorama es… si el Madrid era el equipo protegido por el
régimen (dixit la maledicencia del país de los campanarios, cuando sólo ganó 2
copas), ¿quién o quiénes ganaron las restantes?
Un breve análisis en la web de la
Federación Española de Fútbol nos lleva, no sin sorpresa, a los siguientes
resultados obtenidos de 1939 a 1953:
Barcelona: 5 Ligas y 4 Copas
Atlético de Madrid: 4 Ligas
Valencia: 3 Ligas y 2 Copas
Atlético de Bilbao: 1 Liga y 4 Copas
Sevilla: 1 Liga y 2 Copas
Es curioso que durante la época más
dura y represiva del franquismo, el Barcelona, el equipo más perseguido por el
régimen según los culés y el que más ha alzado la voz diciendo que Franco
benefició al Madrid, haya sido el equipo que más títulos se haya llevado a su zurrón
y por goleada. Analizando este simple hecho con una pizca de honestidad y de
sentido común, sería suficiente para desmontar tantas teorías conspirativas en
contra del Barcelona. Me imagino que si Franco hubiese perseguido tanto al
Barcelona como dicen, le habría sido muy
sencillo impedir que el Barça ganara
tantos títulos en esa época oscura y de aislamiento de España. De 1951 a 1960,
la época gloriosa de los merengues en Europa, el Real Madrid y el Barcelona ganaron cada uno
4 ligas. Las otras 2 se las repartieron Atlético de Madrid y Athletic de
Bilbao.
En el año de 1953, cuando llega al
Madrid Don Alfredo Di Stéfano, el Barcelona era bicampeón de la liga española y
había ganado 4 de las últimas 6 ligas y las últimas 3 Copas del Generalísimo.
Salta a la vista, como pueden comprobar a tenor de los resultados, que Franco estaba muy preocupado en perjudicar al Barça y en beneficiar al Real Madrid.
A partir de la llegada de la saeta rubia, en once temporadas que jugó en el
equipo blanco, el Madrid ganó 8 ligas, 2 Copas Latinas, 5 Copas de Europa y 1 Copa
Intercontinental. El fichaje de Di Stéfano se produce después de una carrera
entre el Real Madrid y el Barcelona por hacerse con sus servicios. Su
debut con el Real Madrid es el 23 de septiembre de 1953 contra el Nancy de
Francia, un partido que terminó en derrota por 4-2. Sin embargo, esta derrota
no significó nada en el resto de su carrera ya que su etapa madridista estuvo
llena de éxitos. Su último partido oficial con el Real Madrid fue el 27 de mayo
de 1964 en una derrota por 3-1 contra el Inter de Milán por la final de la Copa
de Europa. Curioso que su debut y despedida
fueran derrotas.
El fichaje del
argentino dio lugar a un conflicto en el que las autoridades deportivas llegaron
a plantear que Di Stéfano jugara dos temporadas en el Barcelona y otras dos en
el Real Madrid, una decisión absolutamente salomónica. Su definitivo fichaje
por Don Santiago Bernabéu y los posteriores resultados deportivos, es algo que
los culés no han podido olvidar. En años posteriores, el barcelonismo clamó por
una supuesta intervención del gobierno franquista que acabó beneficiando al
Madrid. Una vez más, la realidad dista mucho de la visión de los barcelonistas
sobre este asunto.
De esta forma y
basada en la difamación, empezó a crearse desde el país de la esquinita, que
pinta poco dixit el Dalai Guardiola, la leyenda negra del Real Madrid. Me permito copiar
una cita íntegra de Manuel Jabois que ilustra bien y brevemente la manipulación
hecha desde Cataluña con respecto a que el Real Madrid era el equipo de Franco:
“El Madrid fue el equipo opositor
al de los pilotos de Franco, (Atlético Aviación hoy Atlético de Madrid), pero
somos franquistas [los madridistas]. Franco recalificó tres veces Les Corts
para salvar al Barça, pero somos franquistas. La primera medalla de oro otorgada
por el Barcelona fue para Franco por financiar a fondo perdido el Palau, pero
somos franquistas. Y mientras el Barça gana nueve copas del Generalísimo por
seis del Madrid, fuera de España el Madrid gana seis copas de Europa por
ninguna del Barça. Levantamos, los franquistas, la primera liga 15 años después
del fin de la guerra, cuando el Barça ya había levantado cinco. Pero el
Barcelona es el equipo de la resistencia republicana y el Madrid de la
dictadura franquista: una ciudad [Barcelona] que recibió a Franco con pétalos y
otra [Madrid] a la que masacró viva porque lo recibieron a cañonazos. Este
ejemplo que te pongo con Franco, porque es el que tenía más a mano, trasládalo a
cualquier ámbito y te encontrarás un mito deslumbrante según el cual el Madrid
es el mal supremo y el Barcelona un encuentro papal de la juventud. Y si alguna
grandeza tiene el Real Madrid es que nos da sinceramente igual.”
Aquí es preciso mencionar que el Barcelona y ahí están los datos históricos para comprobarlo, visitó en dos ocasiones incluso, hasta donde sabemos, El Pardo, una en 1971 y otra en 1974,
para obsequiar al dictador, el que dicen que los acosaba, perseguía y fusilaba, con dos medallas de oro del club.
Cabe recalcar que durante el período de 1939 a 1975
(36 años de franquismo), el Real Madrid ganó 14 Ligas, y de 1975 a 2012 (37
años sin franquismo), ganó 16. Como podemos ver, al Real Madrid le ha ido mejor
sin Franco en el poder. Así mismo durante el franquismo, el Madrid ganó 20 títulos
entre Ligas y Copas del Rey y el Barcelona 17. Muy poca diferencia para un club
que era favorecido por el franquismo y otro que era perseguido y acosado. Muy curioso.
Ahí están los números y los números no mienten.
Otra cosa es que todo se manipule, por ejemplo, el
famoso caso del presidente del Barcelona fusilado por militares franquistas y
que respondía al nombre de Josep Sunyol i Garriga.
Resulta que este personaje era, desde antes de ser presidente del Barcelona,
diputado de Esquerra Republicana de
Catalunya (ERC). De hecho ejerció los dos cargos simultáneamente.
Sunyol era republicano, de izquierdas e independentista. ¿Lo habrán fusilado (6
de Agosto de 1936), a menos de un mes de iniciada la guerra civil por sus
ideales políticos y el momento histórico que vivía España, o por ser presidente
de un equipo de fútbol? ¿A cuántos con un perfil similar mandó a matar Franco
durante y después de la guerra civil? Sin embargo, el hecho lo quieren hacer
aparecer los culés como que fue fusilado porque era presidente del Barcelona.
Los números que hemos visto nos dicen que en
realidad, aunque algunos no quieran aceptarlo, la historia del Real Madrid
cambió a partir del fichaje de Don Alfredo Di Stéfano y no por la ayuda y
proteccionismo del General Francisco Franco. Los culés, en su victimismo
genético (ADN Barsa), se han cansado de decir que Franco, del que ya expusimos
cómo “ayudaba” al Madrid, fue el artífice de que el argentino fichara por el
equipo blanco.
Vayamos pues, si les interesa, al
paso a paso detallado de cómo se desarrolló ese fichaje. Es un poco extenso, pero creo que cualquier madridista debe estar bien enterado de los pormenores de esta historia que, fieles a su costumbre, los culés en connivencia con las autoridades, han manipulado y falseado por años y que ha calado en mucha gente.
Verdadera historia del caso
Di Stéfano
Artículo de Bernardo Salazar
(Historiador,
escritor y periodista español perteneciente
al Centro de Investigaciones de Historia y Estadística del Fútbol Español)
El “Pacto de Lima”
Alfredo Di Stéfano se había dado a
conocer por la afición madridista cuando, en la celebración de las Bodas de Oro
del Real Madrid en 1952, participó con su equipo de entonces, el Millonarios de
Bogotá, que ganó el trofeo al vencer 4-2 al Real Madrid. La directiva del
Madrid se interesó inmediatamente por el “9” de Millonarios, pero los
dirigentes del club señalaron la imposibilidad del traspaso de Di Stéfano
debido a las causas del “Pacto de Lima”, que ponían al jugador en una
complicada situación contractual.
Alfredo Di Stéfano había nacido en Argentina
el 4 de julio de 1926. Cuando tenía 18 años consiguió entrar en los equipos
juveniles del River Plate. En 1945 obtuvo su primera ficha de profesional al
ser ascendido al equipo de “la tercera”, pero destacó de tal forma que pasó al
primer equipo, con el que ganó el campeonato. Después de un año cedido al
Huracán, volvió al River Plate y en 1947 se convirtió en la sensación de la
liga argentina convirtiéndose en máximo goleador con 27 goles. Con sólo 21 años
se convirtió con la selección de Argentina en Campeón de Sudamérica. A partir
de ese momento, la carrera deportiva de Di Stéfano cambia drásticamente.
En 1947 el campeonato de liga
argentino se ve alterado por una huelga convocada por Futbolistas Argentinos
Agremiados. Alfredo Di Stéfano no volvería a jugar hasta mayo de 1949. Entonces
su ánimo estaba mermado y su relación con la directiva riverplatense era
pésima. Así, en agosto de 1949 Alfredo Di Stéfano se marcha a Colombia.
Por aquél entonces el fútbol
colombiano vivía una escisión. Los dirigentes del DIMAYOR -el equivalente a la
LFP en España- se habían separado de la Federación Colombiana y habían creado
la Asociación Colombiana, que comenzó a fichar jugadores, especialmente
sudamericanos, a golpe de talonario. Uno de ellos fue Alfredo Di Stéfano que
recaló en el Millonarios de Bogotá. Los clubes de la Federación Colombiana
reclamaron ante la FIFA, que no reconoció a los equipos de la recién formada
Asociación. Pero el asunto se fue alargando hasta que el delegado de la FIFA,
Ottorino Barassi consiguió que en el Congreso Suramericano de 1951 ambas partes
alcanzaran un acuerdo que se conoció como “El Pacto de Lima”.
Según este pacto, la FIFA reconocía
a los clubes la propiedad sobre los jugadores del conflicto hasta el 15 de
octubre de 1954, con posibilidad de prolongar esta fecha hasta el 31 de
diciembre de ese mismo año. Hasta esa fecha, los jugadores serían propiedad del
club, pero una vez se cumpliera, los derechos de estos jugadores volverían a
sus clubes de origen. Así, Alfredo Di Stéfano sería jugador de Millonarios hasta
el 31 de diciembre de 1954 como máximo, pero a partir del 1 de enero de 1955 volvería
a ser jugador de River Plate.
Millonarios realizó giras de
exhibición con Di Stéfano en sus filas, como la que le llevó a España por la
celebración de los 50 primeros años del club blanco. En las navidades de ese
mismo año, y aprovechando una visita a Chile, Di Stéfano se declara en
rebeldía. Viaja a Buenos Aires y decide no volver a Colombia. Incluso se
plantea abandonar el fútbol. Millonarios lo denuncia a la FIFA: el argentino,
con contrato en vigor hasta el 31 de diciembre de 1954, había cobrado 4.000
dólares en concepto de anticipo.
La FIFA comunica a las federaciones
nacionales el asunto y advierten de la imposibilidad de ficharle. Por tanto, Di
Stéfano inicia el año 1953 instalado en su Buenos Aires natal, habiéndose
declarado en rebeldía contra Millonarios, sin posibilidad de ser fichado por
otro club, y esperando a convertirse en jugador del River Plate nuevamente a
más tardar en enero de 1955. Esta era la situación del jugador cuando el
Barcelona inicia las gestiones para hacerse con sus servicios.
En aquel momento, y gracias al
fichaje de Kubala, el Barcelona había consolidado su hegemonía en el fútbol
español. Habían ganado las copas de 1951 y 1952 y la liga de 1951-52. Sin
embargo, a comienzos de 1953 se le detectó una afección pulmonar a Kubala, que
empezó un periplo médico de consultas, radiografías, análisis, etc. Varios
doctores se mostraron pesimistas acerca del futuro deportivo del jugador. Ante
la amenaza de quedarse sin la estrella que les había convertido en el equipo
puntero de España, el presidente Enrique Martí encargó al secretario técnico,
José Samitier, el fichaje de una figura que pudiera sustituir a Kubala.
El Barcelona se fijó en Di Stéfano e
inició contactos con el River Plate aunque en ese momento los derechos eran
todavía de Millonarios. El presidente del Barcelona logró un acuerdo telefónico
con River Plate según el cual por el pago de cuatro millones de pesetas se
hacía con los servicios de Di Stéfano a partir del 1 de enero de 1955, es
decir, cuando hubiera acabado su contrato con Millonarios que, a pesar de haber
sido apartado de las negociaciones, seguía siendo el propietario del jugador.
Así, el 23 de mayo de 1953, Di
Stéfano llega a Barcelona. Pero por aquél entonces se había producido la
milagrosa recuperación de Kubala, gracias al cual el Barcelona se proclama
campeón de Liga y de Copa en 1953. Por ello, el Barcelona fue invitado a la
“Pequeña Copa del Mundo” que se celebraría en Caracas.
El presidente
barcelonista, Enrique Martí se llevaba como deberes solucionar el fichaje de Di
Stéfano con Millonarios. En la entrevista que mantuvo con el presidente de
Millonarios, Alfonso Seniors, éste exigió al dirigente azulgrana el pago de
27.000 dólares a cambio de ceder los derechos de su club sobre el jugador. El
presidente del Barcelona se negó, y a su llegada a España declaró que si
Millonarios no rebajaba sus exigencias, el Barcelona estaba dispuesto a tener a
Di Stéfano una temporada sin jugar.
El Real Madrid entra en acción
En ese momento hace acto de
aparición el Real Madrid. El Vicepresidente madridista, Álvaro Bustamante,
envió a Bogotá a Raimundo Saporta con los 27.000 dólares que pedían a cambio de
la cesión de los derechos del jugador. Una vez conseguidos estos, que
convertían a Di Stéfano en jugador del Madrid hasta el 31 de diciembre de 1954,
viajó a Buenos Aires con la idea hacerse con los derechos del jugador a partir
del 1 de enero de 1955. Sin embargo, el que el Barcelona hubiera abonado ya dos
de los cuatro millones de pesetas que pedía el River Plate por los derechos de
Di Stéfano, dio al traste con la operación.
Pese a todo, Raimundo Saporta
consiguió del club argentino garantías de no ponerse del lado de ninguno de los
dos clubes en caso de un futuro conflicto. Considerando que Di Stéfano era en
ese momento jugador del Madrid, Saporta viaja a Barcelona y se pone en contacto
con él. En ese momento Di Stéfano se sentía abandonado por el Barcelona,
incapaz de encontrar una solución a su caso, por el hecho de que sólo había
disputado tres partidos amistosos y por lo incierto de su futuro.
Su entrevista con Saporta le
devolvió la ilusión y el hecho de que Saporta le abonase sus primeras pesetas
como jugador del Madrid alegró sobre todo a su mujer, preocupada ya por estirar
el presupuesto familiar para llegar a fin de mes. Una semana después, el
presidente de Millonarios se reunía con Don Santiago Bernabéu en Madrid, y
quedaba así cerrado el traspaso al club blanco. Alfredo Di Stéfano era jugador
del Madrid hasta el 31 de diciembre de 1954.
En resumen, el Real Madrid tenía los
derechos de Di Stéfano adquiridos al Millonarios pero sólo hasta fin de 1954,
al no haber podido adquirírselos al River Plate, pues se les había adelantado
el Barcelona. Por su parte, el Barcelona no había negociado con Millonarios
pero había pagado a River Plate el 50% de lo que estos pidieron por los
derechos del jugador a partir de 1955.
Por ello, ninguno de los dos clubes
podían tramitar la solicitud de licencia para el argentino en la Federación
Española de Fútbol para la temporada 1953-54: el Barcelona necesitaba que el
Madrid cediera sus derechos, y el Madrid no podía hacer otro tanto sin el visto
bueno del River Plate, que había vendido sus derechos al Barcelona. La FIFA
comunicó a la Federación Española que no se tramitara licencia ninguna a Di
Stéfano mientras no se aclarara esta situación. Era necesario que ambos clubes
llegaran a un acuerdo.
Alfredo Di
Stéfano llega al Real Madrid.
Ante esta situación, el presidente
azulgrana Enrique Martí pierde los nervios e intenta traspasar los derechos del
Jugador a la Juventus de Turín sin informar a Di Stéfano, lo que indignó al
jugador. Ante la negativa de la Juventus de entrar en negociaciones por un
jugador con una situación tan complicada, el Barcelona se pone en contacto con
River Plate y pide la anulación del contrato y la devolución de los dos
millones de pesetas de una forma y modo poco acertados a lo que el River Plate
se niega.
La FIFA nombra como mediador a
Armando Muñoz Calero, ex presidente de la Federación Española de Fútbol y que
tanto había hecho para que Kubala jugase en el Barcelona. Calero toma una decisión
salomónica: Di Stéfano jugaría en el Real Madrid las temporadas 1953-54 y
1955-56, y en el Barcelona las de 1954-55 y 1956-57. Tras esto, ambos equipos
deberían ponerse de acuerdo en decidir el futuro del jugador.
En un principio, ambos clubes acatan
la decisión. Sin embargo, había surgido un nuevo problema: el 24 de agosto de
1953 había entrado en vigor una nueva disposición legal de la Delegación
Nacional de Deportes según la cual se prohibía el fichaje de extranjeros desde
esa fecha. Aquí será donde se produzca la única intervención gubernamental en
el fichaje de Alfredo Di Stéfano: la aprobación por parte de la DND de la
posibilidad de que se permita la contratación de aquellos jugadores extranjeros
cuyo fichaje estuviera en negociaciones antes del día 22 de agosto de 1953. Si
bien es cierto permitió el fichaje de Di Stéfano por el Real Madrid para la
temporada 1954-55, era una medida general para todos los clubes.
Así, el holandés Faas Wilkes pudo
fichar por el Valencia, el chileno Andrés Prieto por el Español y el Francés
Carlos Ducasse por el Valladolid. La noche del 22 de septiembre de 1953 el Real
Madrid presenta la ficha de Alfredo Di Stéfano en la Federación Castellana.
Unas horas antes, el presidente del Barcelona había presentado su dimisión por
los errores cometidos en el fichaje de Di Stéfano.
Su debut frente al Nancy el día
siguiente no fue lo que se esperaba: el Madrid perdió 2-4 con un gol de un Di
Stéfano con sobrepeso y en bajo estado de forma tras nueve meses sin haber
jugado fútbol de competición. Sin embargo, a la quinta jornada de la Liga, el
Madrid aventajaba en dos puntos al Barcelona. La Comisión Gestora que dirigía
el Barcelona tras la dimisión de Martí decidió el 14 de octubre renunciar a
todos sus derechos sobre Di Stéfano siempre y cuando el Madrid les compensara
económicamente por los gastos que toda la gestión había producido al Barcelona.
Las causas que llevaron a esta
decisión podrían ser muchas (que el Barcelona, tras la recuperación de Kubala,
ya no necesitara tanto los servicios de Di Stéfano; que al entrenador Daucik no
le gustase el Di Stéfano que había visto en el Madrid; la imagen conflictiva
que tenía el argentino) pero la que manifestó el presidente de la Junta Gestora
del Barça fue que el Barça era un club demasiado importante para compartir un
jugador con un equipo rival. Así, se negoció en Madrid con Bernabéu una
solución definitiva.
El 25 de octubre de 1953, antes del
Real Madrid-Barcelona que se jugaba en Chamartín, en el momento en que ambos
encabezaban la clasificación con diez puntos, los directivos de ambos clubes se
reunieron y se procedió a la firma del documento según el cual el Barcelona
renunciaba al jugador.
En el terreno de juego, el Madrid,
dirigido por el jugador que el Barcelona había rechazado, derrotaba 5-0 al
Barcelona con dos goles de Di Stéfano. La edad de oro del Real Madrid en el
fútbol nacional e internacional había comenzado.
Las mentiras del Barcelona.
El barcelonismo sigue haciendo referencia a unas supuestas intervenciones gubernamentales en beneficio del Real Madrid. Aunque eso fuera cierto, es una crítica poco apropiada viniendo de un club que sí se vio claramente beneficiado por las autoridades cuando concedieron rápidamente la nacionalidad española a Kubala para que pudiera jugar en el club catalán, (nota del blog: lo mismo que sucedió más de 50 años después con Messi). Pero además no es cierto.
El barcelonismo sigue haciendo referencia a unas supuestas intervenciones gubernamentales en beneficio del Real Madrid. Aunque eso fuera cierto, es una crítica poco apropiada viniendo de un club que sí se vio claramente beneficiado por las autoridades cuando concedieron rápidamente la nacionalidad española a Kubala para que pudiera jugar en el club catalán, (nota del blog: lo mismo que sucedió más de 50 años después con Messi). Pero además no es cierto.
La principal culpa de que Di Stéfano
recalara en el Real Madrid en lugar del Barcelona la tuvo el presidente de ésta
entidad, Enric Martí al hablar con River Plate en lugar de Millonarios de
Bogotá, quiénes eran propietarios en ese momento de los derechos del jugador, y
a negarse a pagar posteriormente la cantidad que el club Colombiano le exigía.
También fue culpa del Barcelona que el jugador se sintiera abandonado en la
capital catalana.
En ningún caso el Madrid obró
incorrectamente en todo este asunto. Cuando el club madrileño se apresta a
fichar a Di Stéfano éste no era, ni mucho menos, jugador del Barcelona. De
hecho, la actuación del Madrid fue más correcta que la del Barcelona: primero
llegaron a un acuerdo con el club que tenía los derechos del jugador en ese
momento. Luego intentaron llegar a un acuerdo con el que los tendría con
posterioridad, pero que ya había llegado a un acuerdo con el Barça. Pese a
quien pese, este acuerdo sólo convertiría a Di Stéfano en jugador barcelonista
un año y medio después. Aunque pueda parecer ridículo, también hay que desmentir
que los teléfonos usados por el Barcelona en sus gestiones en Sudamérica fueran
intervenidos por orden del Real Madrid, pero esas mentiras también se ha
extendido por parte de los culés (por ejemplo, en la Colección del Centenario
del Fútbol Club Barcelona, tomo 11).
No hubo intervención del gobierno en
favor del Madrid. Como se ha demostrado anteriormente, la decisión del DND de
que Di Stéfano no se viera afectado por la normativa del 24 de agosto de 1953
no fue un privilegio concedido al jugador argentino, sino que fue una decisión
aplicable a todos los jugadores extranjeros cuya ficha se hubiera empezado a
tramitar antes de que esa normativa entrara en vigor, tal como se declara en el
comunicado que a tal efecto hizo pública la DND el 19 de septiembre en el que
en ningún caso, y en contra de lo que afirman los barcelonistas, se nombra
directamente a Alfredo Di Stéfano.
No debe olvidarse que todo el clamor
azulgrana sobre este asunto parte de lo que fue la historia del fútbol mundial
después de que Di Stéfano llegara al Real Madrid. Pero en 1953 la realidad era
que al Barcelona no le merecía la pena el fichaje del jugador. Les resultaba
muy complicado y caro, tanto más después de que Kubala se recuperase. Además,
Di Stéfano fue menospreciado por el club catalán tal como demuestra el trato
que recibió durante su breve estancia en el mismo: llevaba casi un año sin
jugar fútbol de competición, estaba en un bajo estado de forma, y arrastraba la
imagen de un jugador conflictivo.
El rencor del barcelonismo y su
deseo de ocultar bajo unas ficticias manipulaciones a favor del Madrid lo que
no fue más que una serie de despistes por parte de sus dirigentes a la hora de
gestionar el fichaje al argentino, sigue presente.
En su página web oficial, en el
apartado dedicado a su presidente Enric Martí se siguen sosteniendo las mismas
mentiras: “El Barça, que había dado una paga y señal al River, club
propietario de los derechos del astro argentino (mentira: el club propietario
de los derechos de Di Stéfano era Millonarios, que llegó a un acuerdo con el
Madrid), vio como el Real Madrid llegaba a un acuerdo con el Millonarios de
Bogotá, equipo en el que Di Stefano jugaba como cedido (mentira: Di Stéfano
no jugaba como “cedido”, si no que fue fichado), con la intención de
‘robar’ el crack al Barça (mentira: Di Stéfano no era jugador del Barcelona,
el Madrid obró correctamente al negociar con el club que tenía en ese momento
los derechos, y no con el que los tendría un año y medio después).
A pesar de que a efectos legales la
FIFA daba la razón a nuestro Club (Mentira: la FIFA declaró que ambos clubes
tenían razón y demandó que hallaran una solución, de lo contrario ninguna
federación podría tramitar su ficha) y que el argentino ya se había
incorporado al Fútbol Club Barcelona, la Federación Española, presionada por
los organismos estatales y por el Real Madrid, retuvo el transfer del jugador
impidiendo así que Di Stefano se pudiera alinear oficialmente con el Barça (mentira:
la verdad es que en ese momento los derechos del jugador pertenecían al Real
Madrid).
Esta situación se alargó durante más
de tres meses hasta que se hizo insostenible y, finalmente, después de que la
Delegación Nacional de Educación Física y Deportes dictara una sentencia según
la que se prohibía la contratación de jugadores extranjeros, el Fútbol Club
Barcelona decidió vender el argentino a la Juventus (Eso es verdad… pero se
olvidan señalar que la Juventus en ningún momento negoció con el Barcelona, por
la prohibición de la FIFA). A pesar de todo este enredo, el Real Madrid no
renunció a Di Stefano. Los organismos directivos del fútbol español no
quisieron implicarse (Se contradicen: acaban de afirmar que la Federación
Española no sólo intervenía, sino que lo hacía de manera partidista,
“presionada por los organismos estatales y por el Real Madrid” ¿en qué
quedamos?) y cedieron la responsabilidad al ex presidente de la Federación
y miembro del comité ejecutivo de la FIFA, Armando Muñoz Calero (…que tanto
hizo para que Kubala jugara en el Barça, hay que añadir), que tomó una
decisión salomónica.
El crack
argentino jugaría con el Real Madrid las temporadas 1953-54 y 1955-56 y con el
Barça las campañas 1954-55 y 1956-57. Inicialmente, el presidente blaugrana,
Enric Martí, firmó el acuerdo, pero las múltiples críticas que recibió por este
hecho provocaron su dimisión el 22 de septiembre de 1953. Pocas semanas
después, el Fútbol Club Barcelona decidió renunciar al jugador y el Real Madrid
se comprometió a pagar 4.400.000 pesetas a la entidad barcelonista”.
Nota: Este
artículo de la verdadera historia del
fichaje de Di Stéfano fue publicado hace aproximadamente 10-12 años por
Bernardo Salazar, historiador, escritor
y periodista español perteneciente al Centro de Investigaciones
de Historia y Estadística del Fútbol Español. Entre sus libros podemos
encontrar “Las grandes mentiras del fútbol español”.
Su-bli-me. Esclarecedora tu parte desmontando mitos de la relación Franco-Real Madrid y buenísimo artículo (no sé de cuando es pero creo recordar haberlo leído) de B.Salazar, un historiador de fútbol de gran nivel, seguidor del ATLÉTICO, por cierto, para los que acusen de parcialidad.
ResponderEliminarLo dcho, vuelve este blog a lo grande y esperemos que se mantenga así. Un saludo
Sensacional. Tuve ocasión de leer gran parte por adelantado pero he vuelto a hacerlo hoy. Es extenso, pero una vez te metes en la historia, -porque esto es historia guste o no a los de la esquina- se lee solo.
ResponderEliminarOtro motivo mas para poder ir cerrando bocas a quien se atreva a culpar al Real Madrid de robos por poder político.
Chapó.
Además de una cosa: a Sunyol se lo cargaron por tonto, por ir de guay. Si al pasar por un control uno se limita a callarse la boquita como todo el mundo, pues lo más posible es que pase y punto. Pero si en vez de eso le da por saludar con "Viva la República" (encima siendo independentista y no republicano) y se da la coincidencia que ese control es del ejército nacional, pues como dice el chiste, "si te pillo ñaca-ñaca". Moraleja: (a) en boca cerrada no entran moscas (b) culo que no lames, mierda que no tragas.
ResponderEliminarPedazo de entrada, Montana.
Vamos a ver!como madridista quiero saber y hay una cosa que no entiendo:si dicen que existía el pacto de lima ,y que dicho pacto le prohibía a millonarios ceder los derechos del jugador,cómo coño conseguimos hacernos con los derechos de millonarios?
ResponderEliminarEl problema se origina cuando la ficha la tenian dos clubs, River Plate, su propietario legítimo, y el colombiano Millonarios, un club no reconocido por la FIFA. El Barça había negociado con su legítimo propietario River Plate y la FIFA se desentendio de asunto. El barça jugó mal sus cartas y salió perdiendo. Lo que queda claro es que el fichaje por el club blanco fue irregular.
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